miércoles, 19 de diciembre de 2007

Higiene


Ella se levanta siempre a las 6:15. Sintoniza la radio, semi-oye las noticias, mientras calienta el hervidor para un té que no le apetece. Sólo el ritual la llama: coger rápido las sandalias y salir a la calle. A esa hora amanece en Valparaíso. Los escolares cuelgan de las micros empañadas y al fondo, los barcos ciegos se tropiezan con la neblina matinal. Ella coge la escoba y barre con fuerza. Presiona el mango con las manos frías. Recuerda su barba, le da asco. Siente aún el alcohol impregnado en sus labios, recorriendo su cuello. Se repugna a sí misma. Ha cedido mucho por un techo y un plato caliente. No lo ama, tampoco siente algo por él. Sabe que él la engaña. Trata de sonreír e ignorar que tiene otro lugar al que llama casa. Se burla de su imagen en el espejo. No le importa. Seguirá cediendo hasta que él se harte y busque otras tetas más duras, que no huelan a las comidas del día, ni a la humedad de su ropa. Ella lo sabe, pero sólo barre para limpiarse, para evadir, para simular que todo está en orden y que está cumpliendo el sueño que le herró su madre. El hervidor hace click. Se descuelga de las gaviotas torpes, de los perros que sujetan las camisas tendidas, deja la escoba a un lado. Vuelve a sumergirse.

Foto: Andrea Zamora

5 comentarios:

Violeta z dijo...

Un buen día, el sólo clic del hervidor fue el sonido que esperaba para quitarse el delantal, recoger una maleta con un poco de su historia y cruzar el umbral para atreverse a pronunciar un "mañana" y "sueños"....

Tristancio dijo...

...limpiar la casa, la calle, como si del alma se tratara. Sin embargo, no hay mejor escoba que la dignidad, cuando de asuntos de amor se trata. Entonces, mujer que barres, a por ella.

Qué bellas imágenes, Manu, si hasta dan ganas de ver esos amaneceres porteños... Y si me tropiezo con la mujer que barre, seguro podré intuir su rabia... y su tristeza.

(Otros detalles, ya sabes, cuando hablemos en el café virtual).

Andreita dijo...

Manu: Concuerdo con Violeta. Sé que llegará el día en que el click suene de manera diferente. Es tremendo tener que tomar esas decisiones de dejarnos ir del lado de quienes no queremos bien. Cuesta a ratos, cuando la rutina es más cómoda que la aventura. Pero siempre se puede partir.
Que orgullo que hayas puesto una fotografía mia :)

smokedeyes dijo...

mmm ...... ella se asoma a oler la madrugada, huele a sal y un poco a tostadas..... prefiere bañarse con el agua tibia y tomar un buen café negro..... despeja los sueños candentes de la noche anterior y busca el más planchado de sus trajes..... mientras se aproxima a cumplir otro día más de rutina, despeja de sus ropas el aroma tenue pero aùn nítido de su último y más frenético encuentro clandestino......

(mmmm este final me gusta más)

la entrada liberada dijo...

Cuento corto, el ritual de muchas mujeres...
Genial como nos lo cuentas...¡

Saludos.